El argumento libertario en favor de las fronteras abiertas

Grant Babcock

 Artículo publicado originalmente en Libertarianism.org. Traducido al español por Fernando Moreno, Miembro del Consejo Ejecutivo de Estudiantes por la Libertad 

Artículo publicado originalmente el 13 de noviembre del 2015.

♦♦♦

 Introducción

Desde sus inicios en la Ilustración, el libertarismo ha sido una ideología cosmopolita. Sin embargo, algunas personas en la tienda libertaria han hecho llamados a “asegurar la frontera” o a restringir la inmigración por otras razones, como dejar fuera a personas que ellos temen puedan socavar los cimientos de la libertad. Hoy voy a ofrecer una revisión amplia de la política inmigratoria desde una perspectiva libertaria. Primero, ofreceré varios argumentos libertarios a favor de las fronteras abiertas. Estos son: las ganancias económicas posibilitadas por las fronteras abiertas, los beneficios institucionales creados por las fronteras abiertas, y el respeto por la libertad de asociación de las personas. Segundo, discutiré dos objeciones comúnmente planteadas por los crí­ticos. Estas son: la pregunta de si debe o no el gobierno escoger, permitiendo la entrada únicamente a inmigrantes beneficiosos, y la preocupación acerca de los efectos que las fronteras abiertas tendrían en relación al Estado de bienestar. Después de lidiar con estas objeciones específicas, señalaré los errores que comparten estas y otras objeciones a la libre inmigración.

El argumento en favor de las fronteras abiertas
Beneficios económicos

          En esencia, las fronteras son barreras al comercio. Imagina si mañana el gobierno declarara que para viajar o transportar bienes de Dakota del Norte a Dakota del Sur, se tuviese que pasar por una estación de aduanas, mostrar documentos, responder preguntas, etc., exactamente como se tuviese que hacer para viajar de Nueva York a Ontario, o de Montana a Alberta. Habrían muchos menos viajes y comercio entre Dakota del Norte y Dakota del Sur, ¿cierto? ¡Y ambos estados fuesen más pobres como resultado! Ese experimento mental da a entender que los controles fronterizos existentes están causando un gran daño económico. Algunos economistas han proyectado que permitir la libre inmigración a cualquier país podría, según estimaciones realistas, duplicar el producto interno bruto mundial. Mientras más socios comerciales potenciales se tengan, mayores serán las ganancias potenciales derivadas del comercio. Permitirle a las personas reunirse donde deseen facilita hacer realidad dichas ganancias.

Beneficios institucionales

          ¿Qué se puede hacer para propagar la libertad por el mundo? Una respuesta es hacer competir a los diferentes gobiernos por los ciudadanos. Los Estados con protección a la propiedad privada, bajos impuestos e imperio de la ley son lugares más atractivos para vivir que aquellos que carecen de dichas instituciones. Cuando la gente abandona las jurisdicciones de los malos gobiernos, los privan de apoyo material. Eso sólo funciona, sin embargo, si los otros países están dispuestos a acoger a las personas que se han ido.

Libertad de asociación

        Uno de los derechos fundamentales que todos los humanos tienen es el derecho a asociarse, o no, con quienquiera que elijan. Los controles inmigratorios infringen ese derecho. Si te quieres tomar un café con un amigo, tienes derecho de hacerlo siempre que no violes el derecho de alguien más en el proceso. Cruzar una frontera internacional no daña la integridad ni la propiedad de nadie, así­ que es una acción protegida. Impedirte cruzar una frontera para ver a tu amigo, o impedirles venir a visitarte, no es más justificable a que el gobierno levante barricadas alrededor de una iglesia o cualquier otro lugar de congregación privada para impedir que las personas se encuentren ahí­.

Objeciones a las fronteras abiertas
¿Por qué no escoger?

          Hay una línea de pensamiento que se desarrolla así­. Seguro, los inmigrantes podrían ser en términos netos un impulso a la economía, pero algunos de ellos son una fuente de pérdida. Seguro, muchos inmigrantes se integran a la corriente principal de pensamiento estadounidense, pero algunos de ellos sostienen visiones políticas menos libertarias que el estadounidense promedio o valores culturales menos conducentes a una sociedad libre. Entonces, ¿por qué no dejar entrar a los inmigrantes beneficiosos, y dejar fuera a los perjudiciales?

          Los proponentes de esta visión están pasando por alto esto: ¿Por qué habrías de confiarle a un gobierno, a cualquier gobierno, esta determinación? ¿Por qué crees que un gobierno tendría el interés de tomar dicha determinación correctamente, o los medios para hacerlo?

          Si el gobierno tuviese la capacidad de determinar de antemano cuales inmigrantes serán económicamente beneficiosos, ¿por qué no confiarles también cuales empresas de energía son mejores? Y sin embargo, sabemos cómo resultó el fiasco de Solyndra. Todo esto no es más que planificación central disfrazada.

          Las posibles excepciones a esta regla son las exclusiones en base a la criminalidad o por motivos de salud pública. Dichas restricciones están basadas en hechos verificables sobre cosas que ya han sucedido, en vez de especulaciones sobre lo que podrí­a suceder en el futuro. Esto se alinea con el impulso libertario de que los derechos de las personas deben ser restringidos únicamente si han violado los derechos de otros, como en el caso de la criminalidad, o si sus acciones pondrí­an en peligro las vidas o la propiedad de otros, como en el caso de la cuarentena. Aun así, hay potencial para el abuso. Personas a las que el gobierno considera como amenazas para su poder, y no para sus ciudadanos, podrí­an ser excluidos por condenas políticamente motivadas en otros países. Si le das discreción al Estado, la experiencia muestra que bien podrí­a usar esa discreción de maneras injustas.

¿Y qué hay del Estado de bienestar?

          Otra objeción común es que la llegada de inmigrantes podrí­a llevar a la expansión del Estado de bienestar. Este es un buen argumento para abolir el Estado de bienestar y uno malo para restringir la inmigración. Mientras vivamos en una economí­a mixta con elementos socialistas, los cambios libertarios en cualquier área dada corren riesgos de este tipo. Aquellos libertarios que no se oponen a los impuestos en general, están típicamente en contra de recortes especiales, tales como los recortes para parejas casadas o personas con hijos. Sin embargo, el matrimonio gay y la adopción de niños por parte de parejas gay expanden el número de personas elegibles para dichos recortes. ¿Es esta una buena razón para oponerse al matrimonio gay y la adopción por parte de las parejas gay? No, es una razón para reformar el código tributario.

          John Locke lo expuso en términos claros en su ensayo “A Favor de la Naturalización General”:

Otra objeción que se podrí­a hacer es que incrementará el número de pobres… si se entiende por pobres a aquellos que quieren asistencia y se mantienen desocupados viviendo del trabajo de otros; si ya existen tales pobres entre nosotros, que están en capacidad de trabajar y no lo hacen, es culpa del gobierno y un error en nuestra constitución que debe ser remediado.

          El Estado de bienestar podrá ser malo, pero esa no es una razón para que los libertarios apoyen las restricciones inmigratorias.

Algunos problemas generales sobre las objeciones a la inmigración

          La mayoría de las objeciones a la libre inmigración prueban más de lo que el opositor quisiera. Walter Block y Gene Callahan señalan que muchos argumentos lanzados contra los inmigrantes -que le cuestan dinero a los contribuyentes, que se les permite acceso a propiedad pública, que un número suficientemente grande de ellos podrí­a aniquilar nuestra identidad cultural- aplicaría fácilmente también a niños nacidos y criados nacionalmente (pág. 55). ¡Podrían terminar viviendo de prestaciones sociales! ¡Tienen costumbres extrañas, una cultura foránea! ¡Podrían votar por los Demócratas! Por supuesto, podrí­an hacer estas cosas, pero las preocupaciones acerca de las consecuencias negativas son difícilmente razones para sucumbir ante el estatismo y excluir por la fuerza de nuestra sociedad a inmigrantes pacíficos, como señala Block en otro artí­culo académico (pág. 185). Además, dicen Block y Callahan (pág. 185), ¿por qué parar en los cruces de frontera transnacionales? La mayoría de los argumentos para restringir ese tipo de movimiento también nos darí­an motivos para prevenir movimientos intra-nacionales de personas.

Conclusión

          El libertarismo tiene una larga historia de favorecer el movimiento de bienes y personas a través de fronteras impuestas por los gobiernos. Esa historia se remonta a la Ilustración y continúa hoy. En su Segundo Tratado (sección 118), Locke dice que cuando un niño llega a la mayorí­a de edad, está “en libertad de ponerse bajo el gobierno que le plazca, y de unirse al cuerpo político que quiera”. En Liberalismo, Ludwig von Mises escribe: “No puede haber la menor duda que las barreras migratorias disminuyen la productividad del trabajo humano”. En su artí­culo académico sobre inmigración, Michael Huemer concluye que “en la mayoría de casos, los defensores de la restricción han fracasado a la hora de satisfacer la carga de prueba creada por la naturaleza coercitiva y dañina de la política que apoyan, y que una polí­tica inmigratoria mucho más liberal es requerida en respeto por los derechos individuales”.


Este artículo expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente la de la organización en su totalidad. Students For Liberty está comprometida con facilitar un diálogo amplio por la libertad, representando opiniones diversas. Si eres un estudiante interesado en presentar tu perspectiva en este blog, escrí­bele al Director del Blog de EsLibertad, Humberto Martínez, a [email protected].

Back to Blog

Comments are closed.

X