Coordinadora Local de Ecuador
Artículo publicado originalmente en inglés y posteriormente el 06 de marzo del 2014.
A la gente le gusta ser rebelde. Hay algo atractivo en no seguir las reglas. Por alguna razón, seguir la norma se considera aburrido y eso es algo que muchos no pueden soportar, o el nivel de tolerancia suele ser más o menos bajo en ciertas personas. No es raro entonces ver nuestras redes sociales llenas de imágenes y declaraciones que tratan de enviar un mensaje de inconformidad. El fenómeno “YOLO” no es nada más que un intento de justificar una conducta que no se enmarca en lo usual. Tratan de demostrar una rebeldía frente aquello que no quieren hacer o sentir.
Pero esto no siempre fue así. Había un tiempo en el que ser rebelde no significaba hacer cosas locas simplemente por “vivir tu vida”, sino que era considerado por algunos como algo heroico – aunque no faltaba quien lo considerara un acto de traición
En otros tiempo, que cuestionar la ley y desafiar el estatus quo ha sido causa para una sentencia de muerte. El régimen socialista soviético, China maoísta, la Alemania Nazi, Corea del Norte actualmente, y muchos otros regímenes son muy bien conocidos por la manera en que han reprimido a todo aquel que ha intentado algún tipo de levantamiento que atente contra la norma. Si comparamos los rebeldes de esos tiempos con los rebeldes de ahora, podemos ver como el sentido heroico de la palabra se ha perdido. La gente se ha olvidado el verdadero valor de una rebelión, y de lo que significa.
Rebelarse es un acto de responsabilidad. El acto de reaccionar contra aquello que es injusto y que no debe ser permitido. No debería ser considerado como un acto desorientado de anarquía, sino un recurso contra la opresión y tiranía. Tal vez para algunos, volverse rebeldes es solo una manera de salir de una rutina que no les gusta, o lo hacen para poder decir que están “en contra del sistema”, pero un verdadero rebelde no es ninguna de esas cosas. Un verdadero rebelde es alguien que conoce aquello que necesita ser defendido, y sabe cuándo y cómo defenderlo. Es esa persona que decide luchar contra algo más grande que si mismo, porque saben que al final, todos se van a beneficiar de esa lucha, y eso es lo que hace que valga la pena.
Estos son los rebeldes que necesitamos, estos son los que llamamos héroes, porque dan a la sociedad una oportunidad para vivir una mejor vida y nos dan esperanza. Y en tiempos como estos que día tras día vemos a nuestras sociedades luchar contra leyes e ideas injustas y discriminatorias, la esperanza es algo que realmente necesitamos, y es algo muy difícil de mantener.
Por eso, hago un llamado a aquellos que todavía creen que la sociedad todavía tiene una oportunidad: rebélense. Rebélense hacia la política que olvida a la gente. Rebélense hacia el impulso de rendirse ante el mundo, porque se siente como si el mundo ha dejado de creer en ustedes. El mundo necesita que sean fuertes, que peleen, que le demuestren a los demás que la sociedad puede cambiar, y que la felicidad de las personas ha sido y será siempre una causa noble por la cual luchar.
Este artículo expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente la de la organización en su totalidad. Students For Liberty está comprometida con facilitar un diálogo amplio por la libertad, representando opiniones diversas. Si eres un estudiante interesado en presentar tu perspectiva en este blog, escríbele al Director del Blog de EsLibertad, Humberto Martínez, a [email protected].