Venezuela y su socialismo empobrecedor #DeseosDeLibertad
Vivo en la República de Venezuela, ese país donde hace 74 años se dio un golpe de Estado para instaurar la democracia, pero que terminó recibiendo algo sazonado con otras ideas. A partir de ese momento, con la ruptura del hilo constitucional por parte de militares aliados de civiles, las ideas socialistas comienzan a inducir la debacle de Venezuela.
Anderson Riverol TSU en Comercio Exterior | Alumnus EsLibertad |
Antes de estrenarse el socialismo del siglo XXI, la sociedad venezolana fue condicionada para no ser dueña de su vida, para que no consiguiera las cosas con el sudor de su frente y para que creyera que el país era rico y el Estado petrolero podía mantenernos a todos. Bajo ese esquema, los más corruptos -disfrazados con las galas de la democracia – llegaron al poder para saquear a la nación, llevando esto a su máxima expresión en 1998, con la llegada al poder de Hugo Chávez Frías, el caudillo militar que puso todos los recursos de nuestro país al servicio de Cuba y de la dictadura comunista del criminal Fidel Castro y sus secuaces.
Éste caudillo se hizo cada vez más fuerte gracias al manejo de los recursos de la nación, y gracias al aumento de los precios del petróleo, lo que sirvió para mantener a los ciudadanos venezolanos distraídos y a los países vecinos contentos, siendo cómplices del mayor saqueo a la nación que ha habido en toda nuestra historia.
Posterior a la muerte del caudillo, todo el legado político recae en quien hoy detenta el poder en esta supuesta República, donde se profundizó el socialismo, trayendo otros males y grupos subversivos de todas partes del mundo. Al darse cuenta que los precios del petróleo ya no estaban a favor de las totalitarias aspiraciones, el socialismo venezolano descubrió que la única forma para mantenerse con el poder es la de con controles de precios, controles de cambio y confiscaciones, volver miserable a toda la población, hambrienta por escasez alimentos o por nulo poder adquisitivo.
Todo esto se exacerbó a partir de 2016, cuando las personas comenzaron una huida a pie por todo el continente. Mucha más gente, a partir de ese año, ha perdido la vida. Pude ver con tristeza a otros -y a mí mismo también- como de a poco van adelgazando por no encontrar alimentos; como en el transporte público la gente se desmaya por no haber comido ese día y, personalmente, como la ausencia de medicinas y de alimentos acabó con la vida de una de mis tías.
Hoy, sin duda, Venezuela es un país gris. Donde hubo una gran riqueza, hoy solo queda -como lo diría Ayn Rand- los vestigios de una carabela que con sus harapos y su sardónica risa nos dice: “Bienvenidos al socialismo”. Sin duda la destrucción de mi país, y la moral de muchos de mis hermanos que hoy vagan por todo el continente, se debe a los partidos y políticos de izquierda en su afán de lograr el poder.
Sin embargo, todo defensor de la libertad real debe estar claro de una cosa, y es que la libertad hay que defenderla de todos sus enemigos, pudiese personalmente echarme a morir de depresión, al ver como proyectos académicos y personales no pueden concretarse, sin embargo, en este punto creo que le debo mucho a Rand (que ya he mencionado antes) por enseñarme el espíritu de personajes como John Galt y Howard Roark, quienes en más de una noche oscura y fría me han servido de inspiración para continuar.
Nosotros, las personas de bien, debemos aprender una gran lección: la libertad no nos la van a regalar. Debemos estar muy claros que siempre van a existir saqueadores en el camino, pero que nunca podremos cometer el error de bajar la cabeza y dejar de luchar, tenemos que ser valientes como Winston Churchill, Ronald Reagan y Margaret Thatcher. Al momento de ver al mal, no sentir miedo ni bajar la mirada, sino continuar. El comunismo, como todas las fuerzas del mal, si le bajas la cabeza, te termina decapitando.
La libertad debemos conquistarla, casi en una gesta heroica y magnífica, por lo que espero que todos los defensores de la libertad al ver el ejemplo de cómo se destruyó mi muy querido país, cómo se separó a nuestras familias y se destruyó a la gente, siempre tengan fuerza, para defender a la libertad, en el espacio que le corresponda, con los amigos y en el hogar. Si cada persona se da cuenta de lo importante que es la libertad tendremos un mejor país, un mejor continente y un mejor planeta, donde la dignidad humana y la propiedad privada no sea cuestionada nunca.
Continuemos pues luchando por la libertad, ya que, tarde o temprano, si nos mantenemos firmes, sin duda, recibiremos la ayuda de los dioses.
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Este artículo expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente la de la organización en su totalidad. Students For Liberty está comprometida con facilitar un diálogo amplio por la libertad, representando opiniones diversas.