¿La culpa es del sabotaje? #DeseosDeLibertad

 

¿La culpa es del sabotaje?

Soy un joven venezolano proveniente del Estado Trujillo, parte de la región andina de Venezuela, ubicada a unos 600 km de Caracas. En el occidente de mi país, la crisis propiciada desde el poder es más intensa que en otros lugares y uno de nuestros principales problemas es el deficiente servicio eléctrico.


José David Rosas

Estudiante de Arquitectura | Voluntario EsLibertad


Soy de Trujillo, pero hago gran parte de vida en el Estado Zulia, a tres horas en automóvil desde mi casa, en Maracaibo (su capital) donde curso estudios de pregrado en Arquitectura (Universidad Rafael Urdaneta). Estoy ahí persiguiendo mis deseos de desarrollo profesional, pero debo confesar que no es una tarea fácil.

La pésima administración de CORPOELEC (empresa estatal) ha conducido a la interrupción constante y prolongada del servicio eléctrico en este Estado. En múltiples oportunidades, he experimentado interrupciones de este servicios por cuatro, seis y hasta doce horas continuas, y lo peor es que nos queda muy claro a todos que las autoridades no tienen ningún interés por prestar un buen servicio, nunca han asumido sus fallas, siempre culpan al sabotaje de un elemento externo: dirigencia política opositora, paramilitares e, incluso, a las iguanas.

En más de una oportunidad me encontré haciendo planos de arquitectura con la linterna de mi teléfono, lo cual incide directamente -y de forma negativa- en mi rendimiento académico. Eso me genera mucha impotencia y más cuando los responsables muestran su cinismo en televisión.

En oportunidades donde pasé más de doce horas sin luz, me di la tarea de pensar en una solución política al problema y logre identificar que el monopolio del sistema eléctrico por parte del Estado es la causa de este mal: si el servicio eléctrico estuviera en manos privadas la realidad sería otra.

Intentando explicarle a mi casera progresista porque la electricidad en mano del Estado estaba destinada al fracaso, me di cuenta que mi aporte debía ser difundir la alternativa, pues somos una nación acostumbrada a un Estado paternalista. Debemos comenzar a discutir sobre la liberalización del mercado eléctrico como solución, educar a los individuos y explicarles que cuando los servicios están en manos de privados, es posible la competencia para ofrecer calidad a un menor costo y así satisfacer las necesidades del consumidor.

Estableciendo un sistema fundamentado en el respeto a la libertad, tendríamos la mayor tranquilidad que podría ofrecer el mercado, pues tendríamos la certeza de que hay personas que pueden responder por las fallas y, en caso contrario, tendríamos instituciones dónde acudir para el resarcimiento de los daños. En cambio, cuando quien te presta el servicio y quien se supone debe hacer valer tu derecho es la misma persona, quedamos en una situación vulnerable.

El sistema de libre mercado favorece directamente al consumidor, los intercambios humanos son voluntarios y se reduce la posibilidad de que intereses de otra naturaleza impidan el cumplimiento de un contrato. Este sistema debe ser con arreglo al imperio de ley, ley fundamentada en el respeto irrestricto de la vida, libertad y propiedad privada de cada uno.

Partiendo de ahí, si llegase algún líder con pretensiones estatistas al poder, no tendría la capacidad de monopolizar los servicios públicos y, por ende, no pudiese condicionar nuestras vidas ni decidir unilateralmente la calidad con la cual vivimos, pues donde menos interviene el Estado, mejor vive el ciudadano.

Que los servicios públicos, como el de la energía eléctrica, se presten ininterrumpidamente y con buena calidad, para poder vivir dignamente y cumplir mis metas, es un de mis #DeseosDeLibertad.

 

 


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Este artículo expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente la de la organización en su totalidad. Students For Liberty está comprometida con facilitar un diálogo amplio por la libertad, representando opiniones diversas. 

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