Hace tiempo, los estudiantes liberales padecemos una de las más terribles y escalofriantes doctrinas: La doctrina colectivista. La Izquierda, impulsora de este proceso, se golpea el pecho por los chicos fabricados en serie, los profesores que bajan línea discursiva y el lavado de cerebro en cada establecimiento educativo de la nación, arrojando como producto montones de jóvenes jugando a la revolución desde Twitter, el sum del edificio o alguna playa del Caribe.
Leandro Slelatt Cohen Estudiante de secundaria |
La hipocresía es la lógica que priva en estas aulas rojas, donde todos los revolucionarios del siglo 21, donde se lucha por los pobres y no hay pobres adeptos a la ideología. Exigen caridad a punta de pistola y ellos son los primeros en huirle a una donación. Cargan contra las corporaciones, mientras son financiados por magnates con agendas ocultas. Presentan un sinfín de contradicciones y el negocio de la ignorancia como fin.
Los actos de manipulación desde las altas esferas, donde hay abusos de poder y de edad, ya que ningún adolescente querrá quedarse afuera de un grupo, por el temor a no ser aceptado. Y ante la duda, adhiere. Claro.
Es preocupante que en las aulas de todo el país (Argentina), niños y adolescentes marchen en hilera cantando la marcha peronista, mostrando pañuelos verdes y vociferando slogans. Somos pocos los que hemos podido escapar de eso y, claro, vivir para contarlo. ¿Acaso nadie sintió encierro alguna vez en un aula, como si fuese un prisionero? Pero no cualquier prisionero, uno de las ideas, de los argumentos, del pensamiento crítico.
Cabe destacar que el ostracismo de las libertades, del imaginario y del debate es el peor castigo.Uno que un liberal no puede tolerar. Ya que si lo soporta, tiene que rehusarse y ser uno más en la masa. Y escuchar. Y repetir. Y callar. Una y otra vez, ese patrón de conducta colectivista no deja de efectuarse, y parecemos no saber cómo llegamos a esto. Es algo que sinceramente indigna.
Sin embargo, debemos reflexionar partiendo de esa frase memorable que allá, lejos, y hace mucho tiempo, Martin Luther King:
“Lo preocupante no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de los buenos”.
Esa es mi motivación para escribir estas palabras. Así no soy indiferente. De esta manera puedo cuestionar, criticar, enfrentar y luchar por mis ideales. Presentar una alternativa ante esta doctrina perversa, de la cual salimos juntos. Quedarse callado solo contribuye a dejar las cosas como están, entonces debemos poner manos a la obra.
Este artículo expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente la de la organización en su totalidad. Students For Liberty está comprometida con facilitar un diálogo amplio por la libertad, representando opiniones diversas.