La igualdad genera pobreza, la desigualdad la combate

La igualdad genera pobreza, la desigualdad la combate

¿Qué tienen que ver la desigualdad con la pobreza? ¿Es la desigualdad económica la causante de la pobreza? Se encuentra muy difundida la creencia en la gente de que a mayor desigualdad económica en un país, le corresponde un alto número de pobreza. Pero ¿Es esto cierto?


Iván Servín

Voluntario de EsLibertad Argentina

 


Una forma bastante acertada de poder medir si existe una correlación entre desigualdad de ingresos y pobreza es el coeficiente de Gini, que es una forma de medir la desigualdad creada por el estadista italiano Corrado Gini. El resultado de este coeficiente da un número entre 1 y 0. Si el número se acerca más a 1 quiere decir que hay una alta desigualdad y si se acerca a 0, que es baja.

Comparando los diferentes coeficientes de Gini podemos ver casos paradójicos si es que creemos que la desigualdad crea pobreza. Tal es el caso de uno de los países más pobres del mundo según la ONU como Niger que tiene un índice de 0,31, mientras que los Estados Unidos de América tiene un índice de 0,41. Claramente podemos decir que Niger es mucho más igualitario que Estados Unidos, pero eso no significa que sea más rico.

Así los casos son varios, pero para seguir ejemplificando nos encontramos con países más igualitarios que Estados Unidos como lo son Pakistán, Irak,  Malí, Guinea y, sin embargo, son enormemente más pobres. La igualdad es en base a la pobreza.

En Latinoamérica, países como Argentina o Venezuela tienen un Gini de 0,39, ostensiblemente más bajo que el de Chile, que es 0,50. Sin embargo, ambos países tienen casi el doble de pobreza que éste.

Esta concepción de pobreza está sustentada en la idea de que la cantidad de riqueza es algo estático, que nunca varía. Pongamos el ejemplo de una torta, donde ésta es la totalidad de la cantidad de riqueza en el mundo. Aquél que se quede con las porciones más grandes de la torta, le dejará las más pequeñas al resto y serán pobres. Esta concepción es totalmente errónea ya que la cantidad de riqueza es dinámica, constantemente se vive creando riqueza e incluso aquellas personas que concentran la mayor candidad de esta no son las mismas a lo largo del tiempo.

A pesar de estar a la vista, la falsedad del argumento que reza: “la desigualdad económica genera pobreza”, varias son las personas que lo siguen creyendo. Peor aún, también lo hacen gobiernos y organizaciones internacionales relacionados con estos.

Así, partiendo de una idea errónea no se les ha ocurrido mejor idea que acabar con la pobreza enfocándose en sacarle riqueza aquellos individuos que más la producen para dársela a aquellos quienes menos tienen. Esto no es más que una forma de igualar, pero hacia abajo.

No conformes con esto, se han labrado múltiples leyes tendientes a igualar a los individuos, no sólo en lo económico. Tal es el caso de las leyes de cupos en el poder legislativo o en empresas privadas donde se obliga a que haya una cantidad mínima de, por ejemplo, mujeres, para asegurar una supuesta igualdad de género.

Los individuos somos desiguales por naturaleza, ya sea intelectualmente, artísticamente, económicamente, deportivamente y todos los mente que se nos ocurran. Tales desigualdades nos constituyen como únicos, diferentes al resto, particulares. En Psicología, más precisamente en psicoanálisis, tendemos a utilizar la noción de sujeto antes que la de individuo, pero salvando las diferencias epistemológicas entre un término y otro, Jacques-Allain Miller en “el ruiseñor de Lacan” establecía que sujeto es todo aquello que se separa de manera particular de la especie, cada sujeto es particular y así lo son sus arreglos subjetivos, por lo tanto un síntoma es ese arreglo particular diferente a cualquier otro. Así se ve que incluso somos desiguales en nuestra forma de enfermar.

La libertad genera desigualdad, y la desigualdad genera individuos que producen más riqueza que otros que por seguir sus propios intereses van a necesitar contratar a otros para poder hacer crecer sus emprendimientos. Así, la desigualdad es una de las tantas condiciones para combatir la pobreza, que debería ser el verdadero foco de la cuestión.La única igualdad por la cual se debe pelear es por la igualdad ante la ley, no mediante ella, como diría Benegas Lynch (h). Seamos iguales ante la ley, para que la desigualdad sea justa.


Este artículo expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente la de la organización en su totalidad. Students For Liberty está comprometida con facilitar un diálogo amplio por la libertad, representando opiniones diversas. 

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