¿Cuál es el problema de que el Estado tenga intervención sobre la financiación y los contenidos educativos de un país? Es la pregunta que varias personas se ponen a reflexionar si se tomaron el paso previo de terminar de demonizar a todo quien que plantee una alternativa a la educación estatal.
Iván Servin Voluntario en EsLibertad Argentina
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En nuestro país, gracias en gran parte a todos aquellos funcionarios del Estado que tienen injerencia en educación, se ha esparcido por todo el territorio el mito de que este servicio tiene que ser controlado de una u otra manera por un poder central estatal ya que no se trata de un bien económico. Es curioso que algo que no sea un bien económico necesite que alguien le pague un lugar físico donde se pueda llevar a cabo la actividad, docentes que impartan los conocimientos, materiales, entre otras cosas. La educación en Argentina y en todas partes del mundo es un bien económico, muy demandado por las personas, que no es gratuito, financiado por el poder coercitivo de los impuestos que se les cobra a los mal llamados contribuyentes. Sí, en Argentina no es gratuita la educación, es no arancelada en el caso de las escuelas públicas.
Ahora bien, dejando en un papel secundario el problema de la financiación, el mayor problema es que el Estado tenga el monopolio de los contenidos que se imparten en las escuelas. ¿Y esto por qué? Más que nada porque el primer político déspota de turno o dictador pueda ser capaz de usar ese monopolio para adoctrinar a los niños para poder perpetuar su ideología en la reproducción del saber. Quizás hoy en día estemos lejos de una dictadura, no tanto de los políticos afines a prácticas del despotismo, pero lejos de esto ¿Podríamos dejar que un grupo de burócratas decidan sobre qué se le debe enseñar y qué no a nuestros hijos?. Ya lo estamos dejando, y el resultado está frente a nuestros ojos.
Hoy en día en nuestro país la situación del sistema educativo es desastrosa, y uno de sus mayores motivos es la falta de libertad a la hora de elegir qué educación queremos brindarle a los chicos. Tenemos escuelas públicas estatales y escuelas públicas de gestión privada, no existen en Argentina las escuelas puramente privadas, todas reciben el mismo programa estatal educativo. Incluso aún así muchas personas de bajos recursos se esfuerzan día a día para poder esquivar la educación pública y poder llevar a una escuela de gestión privada a sus hijos ya que éstas enseñan la currícula en unas mejores condiciones edilicias y tienen menos problemas con los numerosos paros docentes que dejan sin clases a la mayor parte de la población.
En Argentina necesitamos un sistema de vouchers a la Milton Friedman, donde los padres tengan total libertad de elección sobre a qué escuela llevar a sus hijos, y para esto necesitamos que todas las escuelas sean diferentes, otorgándoles libertad. Cada director de escuela con el sistema de vouchers tendrá la libertad de elegir qué contenidos serán enseñados en su establecimiento, qué docentes contratar, cuánto pagarles, qué estrategias educativas implementar, cuántas horas de clase dictar, entre otras variables. Esto dará a luz a una gran diversidad de escuelas que competirán unas entre otras por satisfacer la necesidad de los alumnos y sus padres, y ganarse el voucher financiado por el Estado para poder llevar a cabo el proyecto.
La competencia mejora la prestación de servicios, y la educación no es una excepción. El sistema de vouchers propuesto por el economista premio Nóbel, Milton Friedman, asegura la libertad de las escuelas y de la población con respecto a la educación, pero también resuelve el problema de los paros docentes al ser la escuela quien le paga a sus trabajadores. Si en todo caso existe un paro, afectará a una escuela y no a todas. Incluso esto repercute en una mejora en las condiciones de trabajo de los docentes, ya que podrán elegir a qué escuela mandar su CV para poder ser contratados, entrando en competencia también las distintas ofertas salariales en el mercado.
Esta propuesta subvierte toda la lógica educativa del sistema argentino, ya que subsidia la demanda y no la oferta como lo viene haciendo hace décadas con resultados paupérrimos. Es hora de dejar de encasillarnos en un sistema educativo que lo único que hace es sacar chicos moldeados por un ministerio dependiente de un poder político, chicos a los que no se los toma en cuenta en sus múltiples capacidades cognitivas sino que solamente se los quiere hacer encajar en aquel mencionado molde. Abramos el camino a la libertad, la población siempre va a querer lo mejor para sus hijos, démosle el poder de decidir sobre cómo deben ser educados.
Este artículo expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente la de la organización en su totalidad. Students For Liberty está comprometida con facilitar un diálogo amplio por la libertad, representando opiniones diversas.