Las 7 únicas auténticas justificaciones de la función pública

Las 7 únicas auténticas justificaciones de la función pública


Mucho se discute entre los liberales respecto de la verdadera función del Estado. Las diferencias que surgen entre las distintas vertientes del liberalismo, al menos en una dimensión más o menos estatista, es hasta qué punto se puede tolerar que determinadas cosas no estén libres al orden espontáneo del mercado.


Nicolás Chocobar

Coordinador Local de EsLibertad Argentina


Para muchos de nosotros, el cobro de impuestos es una anulación de las libertades individuales y una violación a la propiedad privada. Es decir, todo lo que el Estado provee a la población en realidad proviene de algo que le fue arrebatado violentamente a la misma población previamente. Eso son los impuestos. Esto es una simplísima obviedad para alguien que razona objetivamente y no insiste en una serie de afirmaciones emocionalistas, pensando que las cosas son fabricadas por el corazoncito tierno de la Patria.

Regresando a la naturaleza violenta y coactiva de los impuestos. La coacción misma hace que el Estado sea la cosa más económicamente ineficiente que puede haber en el mundo. Vernos obligados a ser solidarios con personas que ni conocemos hace que el provecho verdadero de ese intercambio violento sea insignificante, y en muchos casos virtualmente nulo en su totalidad. Eso sin incluir la terrible ineficiencia de la burocracia y el gasto inconmensurable y superfluo que todo el aparato parasitario del Estado implica. Una vez más, sigo expresando obviedades para la gente de sentido común.

Yendo a la cara opuesta de la moneda, los servicios más esenciales en la vida de una persona deben ser ofrecidos de un modo que no implique un lucro y un aprovechamiento deshonesto de las condiciones de vulnerabilidad en las que las personas pueden encontrarse al no disponer de esos servicios básicos. Aquí es donde aparece la libre asociación, la cooperación y la caridad privada voluntaria. A su vez, cabe aclarar que la noción de que los impuestos son un robo es un poco apresurada si se la ve en una compulsión generalizadora.

Dependiendo del volumen de población de cada localidad o ciudad, diferentes institutos del derecho societario sirven para auxiliar a las personas en el acceso a los bienes y servicios materiales y espirituales que de una manera u otra son esenciales para el desarrollo de su vida como individuos libres.

Dicho esto y regresando a la idea expresada en el título. Existen 7 bienes y servicios que casi con un consenso universal, son considerados más sociales que económicos, sin perjuicio de que todos los individuos deben tener la libertad de verlos del mismo modo como lo segundo, en las condiciones de juicio ético que cada sociedad y cada grupo humano decida, y que pueden ser ofrecidos tanto por el Estado, como por asociaciones, como por empresas privadas.

La primera de estas 7 funciones es la educación. La segunda es la salud. Aquí también entra juego la responsabilidad profesional de aplicar un método científico que lleve a un ejercicio honesto de la medicina. La tercera es la seguridad. Obviamente, este servicio puede ser provisto con mucha más eficiencia por empresas privadas que compitan. Pero aquí también surge la polémica de ¿en base a qué código las cooperativas o empresas de seguridad impondrían un orden en la población? De aquí surge la cuarta de las funciones que es la justicia, sobre todo la justicia penal, que supone la existencia de un conjunto tipificado de delitos que toda la población de un estado nación coincide que son punibles por el poder público, lo cual hace obviamente imposible que todo sea generado por contratos privados, excepto en un sistema de common law, donde además también existan centros penitenciarios privados. La justicia civil puede ser provista por tribunales de arbitraje, compañías de seguros y cooperativas voluntarias en el caso de pequeñas poblaciones.

La quinta de las funciones es la infraestructura. Normalmente, la obra pública es financiada por el erario. Sin embargo, las rutas y autopistas que cubren grandes distancias suelen estar en concesión y son mantenidas por empresas privadas. Mucho se especula entre los liberales más utópicos, la posibilidad de una infraestructura de transporte totalmente privada y competitiva que garantice con este sistema una constante mejora y modernización del servicio y que no le cuente un centavo a los contribuyentes. La sexta función es el cuidado del medioambiente. Por lo general, el liberalismo suele no poner en el centro de la discusión sobre la función del estado a la ecología. Sin embargo, aquí es donde volvemos al asunto de la salud pública, la posibilidad del individuo de desarrollarse en un ambiente sano, la preservación del hábitat de especies animales, y la protección de la naturaleza, que también son valores sociales y no económicos, normalmente perseguidos y defendidos por los individuos.

Por último, y relacionado con éste anterior punto, la ciencia es el último de los valores humanos que son perseguidos socialmente y no económicamente, el deseo de progresar en un conocimiento científico responsable que le garantice a las personas vivir cada vez más y mejor. Esto se relaciona obviamente con el punto de la educación, que es el primero de los bienes sociales mencionados.

La cuestión es, no estoy defendiendo un modelo específico de sociedad, liberal clásica, minarquista o anarcocapitalista. No estoy queriendo generar división entre los liberales con esa cuestión. Estoy defendiendo la idea de una sociedad libertaria. Y esas tres sociedades lo son. La cuestión es, hay 7 cosas que de una manera u otra pueden estar financiadas por una forma u otra de arreglo cooperativo voluntario entre los miembros de una sociedad. De este modo, podemos concluir que eso que conocemos como impuestos pueden ser ¿por qué no? vistos por una sociedad como cuotas voluntarias de un arreglo previo respecto a ciertas necesidades que son sociales, que repercuten de manera aleatoria en todos los miembros de la sociedad y que no es tan apropiado verlas con la lógica de los contratos comerciales privados y es por eso que no reivindico en particular una de esas tres posibles sociedades, en la medida en que todas sean voluntarias; esas necesidades casi siempre resultan ser justamente las mencionadas.


Esta publicación representa únicamente las opiniones  del autor y no necesariamente la posición de Students For Liberty Inc.  En el Blog de Estudiantes por la Libertad abogamos por el respeto a la libertad de expresión y el debate de las ideas.

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