Erradicar la pobreza… ¿con falsa filantropía? La contradicción del socialista.
Los grupos socialistas o, en su variación: social-demócratas, se la pasan profesando que son defensores de Derechos Humanos por excelencia. ¿Por qué? Porque según ellos, ayudar al pobre donándole láminas, comida, un sofá y demás, es sinónimo de crear igualdad, equidad y justicia, cuando en realidad tienen y sufren de una clara confusión entre dichos conceptos.
Mauricio Méndez Coordinador local en SFL Guatemala; estudiante de Derecho en la Universidad de San Carlos y amante de la libertad. |
Ahora bien, el problema no está en que el gobierno proteja y ayude al ciudadano (ya que su función constitucional es garantizar el pleno desarrollo de este) pero ¿qué sucede cuando a las personas se les da cada mes una cierta cantidad de dinero/bienes materiales? Simple: se acomodan. Y, no necesariamente es culpa del individuo que recibe dichos bienes, porque al final: los necesita. Es culpa de un Estado que no contribuye en alcanzar la plena realización del individuo a través de crear oportunidades por igual a cada uno de sus habitantes; así, con oportunidades de empleo y desarrollo, no habría necesidad de aquellos políticos demagogos.
El problema, pues, radica en aquellas personas disfrazadas de demócratas pero que en el fondo son un socialista en potencia. Aquellos gobernantes que quieren jugar el rol de Santa Claus para con su país pero que al final, los únicos regalos que dejan son: pobreza, desnutrición y miles de ciudadanos emigrando a EEUU. Lamentable es que ese mismo perfil de gobernante ha permanecido inherente en la mayoría de líderes latinoamericanos. Y, es por ello, que la sociedad y, en caso concreto: los grupos más desfavorecidos, se acomodan y esperan que el Presidente resuelva todos los problemas que acontecen a la sociedad cuando en realidad es un trabajo en conjunto entre poderes del Estado (valiosa tesis de Locke y Montesquieu sobre los pesos y contrapesos, por cierto).
La solución es compleja pero, podría iniciar diciendo que el estado debe cumplir con su obligación de lograr el bien común pero, no a través de una falsa filantropía que al final lo único que genera es más pobreza. El Estado debe lograr fines mucho más elevados, como serían:
– Generar empleo;
– Generar desarrollo económico-social;
– Garantizar igualdad ante la ley, etc.
Esto, lo mencionan diversos autores; entre ellos Bastiat que hace alusión al mal uso de la ley para aprovecharse de los más necesitados y así, crear beneficios únicamente a un sector de la sociedad. Recordemos liberales que tanto como Mises y Friedman lo han recalcado en varias obras: no deben existir privilegios para nadie, ante la ley todos y todas tenemos las mismas oportunidades y derechos. Y es por ello que me atrevo a citar a Friedman, quien en su obra Libertad de elegir hace alusión a lo siguiente: “ni el nacimiento ni la nacionalidad, el color, la religión o el sexo, ni cualquier otra característica irrelevante deben determinar las oportunidades que se abren ante una persona…” (p. 213). Así vemos como la libertad es un todo y no se pueden separar las libertades económicas y personales, mucho menos los Derechos pertenecientes a cada ser humano.
Nuestra ideología, se basa en el respeto de las libertades personales y económicas, igualdad ante la ley y, reducción del Estado para que realice sus obligaciones en base a principios como el de mínima intervención.
No se puede combatir pobreza generando más pobreza. La pobreza se combate permitiendo que las personas creen su riqueza. No más burocracia innecesaria y dejemos que la libertad reine en nuestra sociedad para que se cumpla el principio de paz social, el cual va de la mano de cualquier pensamiento liberal.
Ánimo, defendamos la libertad.
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