La solución no es cerrar las puertas, es abrirlas aún más.

 

Leonard Quinde Allieri

Coordinador local de Estudiantes por la Libertad Ecuador y miembro del equipo de bloggers de Estudiantes por la Libertad Latinoamérica

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Los movimientos migratorios siempre han sido objeto de constante debate en el mundo por los diferentes efectos que suelen ocasionar sobre todo en el país receptor, tanto económicos, socioculturales e incluso políticos.

   Muchos ecuatorianos debido a una fuerte crisis financiera ocasionada por una hiperinflación debida a un mal manejo de la moneda por parte de los gobiernos y los incentivos perversos que el Estado creó alrededor del sistema financiero, tuvieron que migrar a otros países entre ellos Estados Unidos, España, Italia, así mismo han ocurrido diferentes fenómenos migratorios alrededor del mundo debido muchas veces a crisis económicas o políticas.

   De los países que más han debatido sobre los efectos migratorios, especialmente en la economía, aunque también se han discutido otros ámbitos, es Estados Unidos, por su cercanía con México y el deseo de estos por vivir “el sueño americano”.

   A través de los años no se ha comprobado que realmente la migración cause efectos negativos al país receptor ni a quienes habitan en él.

   Debido a la crisis que vive Venezuela muchos países latinoamericanos se han vuelto países receptores de quienes quieren abandonar ese país, Ecuador es uno de ellos, se calcula que decenas de miles de venezolanos han ingresado a sus fronteras, algunos pasan por Ecuador para dirigirse a otros países, pero muchos entran para quedarse.

   He de admitir con tristeza, que incluso en Ecuador, un país latino no muy diferente a quienes lo rodean, existen casos de xenofobia y mucho temor por la presencia de extranjeros dentro de sus fronteras; muchas veces por la calle o por las redes sociales, cada vez que sale una noticia sobre este fenómeno migratorio leo o escucho a personas decir con miedo, algunos incluso llegan al enfado diciendo “que se queden en su país, vienen aquí a quitarnos trabajo”, “el gobierno debería hacer algo para evitar que ingresen”, “deberían quedarse en su país para luchar contra su dictadura”.

   Creo que muchos no recuerdan la crisis que vivió el Ecuador, sin duda, creo que muchos no logran llegar a imaginar el terror y la desesperación que se vive en Venezuela. Un gran número de ciudadanos venezolanos para salir de allí venden todas sus posesiones, posesiones que les tomaron años, sudor y esfuerzo conseguir, dejan amigos, familia, historia, lo que conocen, por tratar de encontrar mejores días o sólo por un profundo deseo de sobrevivir.

   No es una decisión fácil, hay quienes les piden a amigos o familiares que tienen en algún país que los acoja porque aunque lo vendan todo no les alcanza nada más que para el pasaje que los lleve de la frontera a su lugar de destino.

   Hoy en día en Ecuador es cada vez más común encontrar a un venezolano vendiendo agua, chocolates, caramelos, arepas o lo que sea en cualquier lugar y, sin duda, muchos son incluso profesionales titulados y a veces hasta con posgrados, lo que es un gran temor para muchos, temor a perder sus empleos y ser reemplazados por un migrante que tal vez cobraría más barato.

   Tener empatía por el caso venezolano a algunos les resulta complicado, muchos los señalan como culpables de la situación en la que viven, por dejarse llevar por un gobierno populista y no haber sabido ni cuándo ni cómo detenerlo antes de llegar a la situación en la que se encuentra ahora.

   Pero ¿es correcto pedirles a los gobiernos que les cierren la puerta a los migrantes para proteger nuestro empleo? En mi opinión no lo es, a los gobiernos del mundo,  en especial al ecuatoriano hay muchas otras cosas más urgentes, más importantes y más eficientes que pedirles.

   Como mencioné en uno de los primeros párrafos, realmente no hay estudios determinantes que confirme que la migración por sí sola causa efectos negativos porque eso es sólo un aumento en la densidad poblacional, es como decir que tener muchos adolescentes ingresando en el mercado laboral es lo que les está quitando el empleo a las personas mayores y aunque lo parezca, el aumento del número de personas no debería ser un problema, si bien “Ecuador es de los ecuatorianos”, no tienen por qué líneas imaginarias separarnos entre nosotros y no permitirnos darnos una mano, mucho menos cuando ese no es el problema que aqueja a nuestro país, lo que realmente está mal.

   Es de cierta manera comprensible desear que no ingresen más personas al mercado laboral en un país con tan pocas oportunidades como el ecuatoriano, pero estas pocas oportunidades se deben al sistema en el que nos encontramos inmersos y que no permite que hayan más, un sistema que ahuyenta la inversión tanto privada como extranjera, que le pone trabas a las personas que quieren tener su negocio propio, que le pone barreras al comercio que nos permitiría mejorar notablemente nuestras vidas, como lo reconocen muchos cubanos, por ejemplo, al culpar al embargo por su situación tan precaria.

   La solución no es cerrarles la puerta a los migrantes, eso sería solamente una medida parche, algo así como: “ponerle un curita a una hemorragia”, lo que debemos hacer es abrirle las puertas al desarrollo, abrirle las puertas al mundo, al comercio, a la inversión, al emprendimiento.

   Eso es lo que realmente hay que pedirle a los gobiernos, que dejen trabajar y que nos permitan vivir, que nos permitan tomar el rumbo de nuestras vidas en nuestras manos, que dejen más dinero en nuestras manos y que vaya menos dinero para sus arcas, que dejen de querer ser los protagonistas y que al contrario nos permitan a nosotros serlo, que no entorpezcan nuestros sueños ni la búsqueda de mejores días, en otras palabras, que disminuyan su poder sobre nuestras vidas.

   Si nos unimos para exigirles eso a los gobiernos no solo tendremos más oportunidades y más bienestar para nosotros, sino también para nuestros hermanos que en este momento tanto nos necesitan, debemos ser un país que tenga cada vez más y más oportunidades, tanto para ecuatorianos como para cualquier otra persona que quiera hacer de nuestro país, un país más rico.

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Este artículo expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente la de la organización en su totalidad. Students For Liberty está comprometida con facilitar un diálogo amplio por la libertad, representando opiniones diversas. Si eres un estudiante interesado en presentar tu perspectiva en este blog, escríbele a la Editora en Jefe, de EsLibertad, Alejandra González, a [email protected].

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