¿Qué está en juego al defender la libertad?
Jean Pierre Mora Casasola
Director Regional para Estudiantes por la Libertad Honduras y Co-director Regional para Estudiantes por la Libertad Costa Rica y miembro del equipo de bloggers de EsLibertad
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¿Qué está en juego al defender la libertad?
Estudiantes por la Libertad en Latinoamérica realizó el mes pasado su proceso de selección de nuevos coordinadores locales. Tuve la oportunidad de entrevistar a varios postulantes y realmente me impresionó la gran diversidad, pasión y liderazgo de muchos de ellos. Este contacto con la nueva generación de defensores de la libertad me hizo reflexionar y repensar en qué nos estamos jugando al defender estas ideas. Quiero compartir tres de los elementos en juego que considero más relevantes, pero que de seguro no son los únicos.
La dignidad humana:
Conocemos bien los beneficios de vivir en sociedades más libres, económica y socialmente hablando, pero no se nos puede olvidar que la libertad es deseable no solo por ellos, sino porque también nos dignifica como seres humanos. Cuando defendemos la libertad está en juego el respeto y los derechos más elementales de una persona. No podemos hablar de dignidad humana si no tenemos la libertad de construir el proyecto de vida que queramos, de decidir libremente, y de actuar y pensar conforme a las convicciones que voluntariamente hayamos acogido a lo largo de nuestras vidas.
La construcción de Estados paternalistas atenta contra nuestra dignidad porque parten de la idea de que el ser humano es incapaz de tomar decisiones correctas, ¡de que el ciudadano es inepto! Ahora bien, cuando hablo de una “construcción” no solo me refiero al establecimiento y desarrollo de una forma de organización política, sino también al constructo en el ideario de las personas. Las políticas asistencialistas y proteccionistas son populares precisamente porque vivimos en Estados paternalistas en donde sus ciudadanos han interiorizado una relación con el gobierno de mera dependencia.
Recuerdo que como estudiante de secundaria tuve que leer sobre “las maravillas del Estado Benefactor” y sobre las crisis neoliberales y capitalistas. Como agravante, lo hice en un sistema público que me enseñaba sobre lo agradecido que debía estar con el Estado por la educación (altamente deficiente) que me había “regalado”. Al conocer las ideas de la libertad y pensar que eran muy interesantes, también sentía remordimiento porque estaba “traicionando”, de alguna manera, a quien le debía mi educación.
El liberalismo dignifica al ser humano reconociendo su propio potencial para progresar. Le damos un rostro humano a la libertad cuando entendemos y divulgamos el hecho de que las sociedades más libres han logrado sacar a millones de la pobreza y así dignificar la vida de muchas personas en el mundo. Por lo tanto, cuando defendemos la libertad nos estamos jugando la posibilidad de que muchas personas rompan con ciclos de dependencia que, además de mantenerles en condición de pobreza, les roba su dignidad.
La expresión del espíritu humano:
Es muy necesario recordarnos que la expresión del espíritu humano se ve afectada seriamente en contextos hostiles para la libertad. En nuestra región aún queda mucho avanzar en cuanto a la libertad de expresión, libertad de prensa y libertad de conciencia; y en la lucha contra la censura y las iniciativas para amordazar tanto a organizaciones como individuos. Sin embargo, en esta ocasión me gustaría resaltar la expresión del espíritu humano en los procesos de innovación y cómo estos también se ven reprimidos a falta de libertad.
No solo las artes, la literatura y las tradiciones son parte de las formas de expresarse del ser humano, también las creaciones innovadoras con fines comerciales y sociales lo son. Conceptos como la co-creación, la colaboración, el emprendimiento y la innovación social han tomado gran auge en el presente. Hoy, los problemas comunes son los que inspiran a muchas personas a buscar soluciones cada vez más creativas para mejorar nuestra calidad de vida. Por lo tanto, creo que en el siglo XXI ha surgido un espíritu emprendedor fuerte y no me queda duda que está estrechamente relacionado con los avances hacia sociedades más libres.
Lamentablemente, América Latina no es reconocida precisamente por ser un buen lugar para la innovación. Al contrario, la burocracia; las excesivas regulaciones; la corrupción; los gobiernos abusivos; y, en fin, la falta de libertad; obstaculizan nuestro potencial para emprender e innovar. Esta situación tiene claras y muy negativas repercusiones en nuestras economías y, en general, en nuestro desarrollo; pero no nos olvidemos también de una consecuencia más: se reprime la expresión de nuestro espíritu como seres humanos. Al defender la libertad nos jugamos el chance de vivir en sociedades que nos permitan expresarnos de incontables formas, siendo una de las más importantes en el contexto actual la de la innovación y el emprendimiento.
La felicidad:
Decía Manuel Azaña, presidente de la Segunda República española: “La libertad no hace felices a los hombres, los hace sencillamente hombres”. Aunque concuerdo con esta afirmación (de hecho nos lleva al primer punto sobre la dignidad), que la libertad no nos asegure en sí la felicidad no quiere decir que no haya una relación de una con la otra. De hecho, personalmente me hice liberal cuando me di cuenta de que esa idea de construir un mundo feliz para todos no tiene sentido, porque yo no sé qué hace feliz a cada quién. Entonces decidí defender que todos puedan construir el proyecto de vida que les haga más felices.
No podemos obviar que es muy difícil alcanzar una felicidad plena y constante si se enfrenta el atropello de libertades, cuando se vive en medio de imposiciones y restricciones. Recordemos siempre que en nuestra región muchas personas hoy no son libres para amar a quien quieran, expresarse, emprender, ser quien quieran ser, movilizarse, comerciar y muchas acciones más.
Mi motivación para seguir defendiendo la libertad es que nos estamos jugando la dignidad humana, la expresión de nuestro espíritu y la felicidad misma. Quise compartirlo con la esperanza de que sirva de motivación para otros también.
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